Un negocio nuevo, incluso uno con relativa seguridad como una franquicia, precisan de mucha atención y trabajo, especialmente durante los primeros años. Como tal, no existe una fórmula mágica que puedas seguir para hacer de tu empresa un éxito, pues hay muchas variantes impredecibles que siempre están en juego.
No obstante, hay algunos cuantos puntos importantes que debes atender con especial atención en todo momento, pues ayudan a que tu negocio se mantenga estable y vaya mejorando con el tiempo. Entre ellos destaca el control de calidad, del cual hablaremos en este artículo, gracias a la experiencia de una de las franquicias de análisis y gestión de gastos, más exitosas a nivel mundial.
El control de calidad
Los franquiciadores tienen ciertos estándares respecto a las franquicias que venden con el fin de mantener el éxito de la empresa. En términos generales estos parámetros están basados en el control operativo que es llevado a cabo por un supervisor, pero esto no es lo mismo que el control de calidad, el cual siempre debe estar en corazón de cualquier plan de negocios. Una buena administración en estos términos normalmente se traduce en el incremento de ventas.
Así, el control de calidad implica distintas tareas, por ejemplo, tener un buen manejo del personal, contar con un inventario detallado, con controles estrictos y eficientes, insistir en la capacitación, actualización y aprendizaje constante o elaborar un plan sistemático que tenga metas realistas y cómo lograrlos. El meollo de este tipo de operaciones es tener consistencia en el servicio que se ofrece o en los productos que se venden. Suena increíble, pero mantener los estándares altos puede tener un efecto desde el franquiciatario hacia el franquiciador, pues el segundo depende de lo bien que se desarrollen los primeros en el negocio. Al final, la atención en la calidad es mejorar a la empresa entera.
Como franquiciatario, es cierto que no todo el control está en tus manos y quizá esa es una desventaja notoria en relación con un negocio independiente. Las grandes empresas que venden sus derechos de reproducción tienen planes maestros que están diseñados para que las operaciones sean iguales en cada unidad, pues tienen demostrado que funcionan.
No obstante, no todo el trabajo está en manos de los franquiciadores: sólo pueden llegar hasta cierto punto los modelos señalados y el resto del trabajo está en quien se encuentra en el centro de las operaciones locales. Así que es importante adaptar el negocio a las circunstancias locales de tal manera que la producción no se vea afectada por las múltiples variantes.
Mantener el estándar de calidad con procesos de cuidado eficientes y sistematizados es esencial para cualquier negocio, pero, en el área de las franquicias resulta esencial porque es donde puede intervenir de manera directa el franquiciador y asegurar hasta dónde es posible el éxito de su negocio.
Fuente: Expense Reduction Analysts