Invertir en una franquicia genera cierta seguridad por el hecho de contar con el respaldo de una marca establecida, pero no por eso estamos exentos de caer en una franquicia fraudulenta. Lamentablemente existen personas que se aprovechan de inversionistas que confían en un negocio que ya ha sido previamente desarrollado.
Papeleo, papeleo y más papeleo
Desde el momento en que decides invertir en un negocio debes tener acceso a la documentación de la misma. El franquiciador tiene que facilitarte toda la información para que puedas saber cómo funciona la empresa, sus números o su estatus legal.
Todas tus dudas e inquietudes deben ser resueltas y nunca está de más contar con un abogado que compruebe la veracidad de los documentos. Además del acceso a papeles legales y administrativos, el franquiciador debe cumplir con las leyes establecidas en materia de franquicias.
Cualquier comportamiento que favorezca el incumplimiento de la ley debe ser considerado sospechoso y es una posible señal de una franquicia fraudulenta.
Leer las letras pequeñas y más
La revisión del contrato y su contenido es fundamental para cualquier inversionista. No firmes nada sin antes leerlo muy bien, así te digan que es un documento de menor importancia; no sabes si es otra cosa que pudiera comprometerte.
Asegúrate de conocer todos las cláusulas, en lo que estás obligado a cumplir y en lo que no.
Algo muy importante que debes examinar para detectar franquicias fraudulentas es el historial legal de la franquicia en la cual piensas invertir: ¿Cómo es la relación entre la franquicia principal y el resto? ¿cuáles son los controles establecidos entre ambas partes?, ¿el modelo de negocios es realmente como lo plantean?, ¿se cumplen las leyes al pie de la letra?
Otra irregularidad presente en las franquicias fraudulentas es que quieran cobrarte extra por causas poco detalladas. Debes saber que los pagos normales por efectuar son los relacionados con el canon inicial, así como la cuota de mantenimiento por la membresía de la franquicia.
Un canon inicial implica una inversión considerable pero tampoco el monto debe ser una cifra demasiado alta, ésta es una de las formas más comunes de estafa. Es normal observar cómo los estafadores se valen de estas cifras para garantizar que “todo está incluído”, cuando realmente nada lo está y se trata de una franquicia fraudulenta.
¿Todo en orden?
Una buena empresa tiene uniformidad de procesos. Todos los requisitos son iguales para cada inversionista, no hay casos especiales, ni excepciones.
El negocio que tienes en mente debe tener solidez no sólo ante los ojos del público sino también internamente. ¿Sabes si alguna franquicia ha cerrado?, si la hay ¿cuáles fueron las causas?, ¿algún inversionista ha demandado a la franquicia?, si hay una demanda en proceso ¿cuál es el estatus de la misma?
Una franquicia fraudulenta no te ofrecerá ganancias razonables; cualquier promesa que parezca demasiado buena para ser real resulta engañosa. Desconfía si el franquiciador te habla de números considerablemente grandes y en tiempo récord.
Una franquicia fraudulenta puede llevar años en el mercado, no necesariamente se trata de nuevas empresas que aún no son tan conocidas.
De igual forma puede ocurrir con marcas nuevas cuyos modelos de negocios apuntan a la “innovación”; pero cuando no hay referencias comprobables es necesario evaluarla minuciosamente.