Seguro a estar alturas de tu vida, has conocido a más de uno, puede ser alguien de tu propia familia, un profesor o profesora, o bien, algún compañero de trabajo que cuenta con los conocimientos, habilidades y actitudes de un líder; entre las que se destacan: capacidad de planear estrategias, potencializar las aptitudes y actitudes del grupo o equipo de trabajo, motivarles y entre todos, lograr que fluya la comunicación. Estos líderes tienen en común algunas características que se diferencian dependiendo del tipo de liderazgo (autocrático, democrátio, transaccional, transformacional y laissezfaire o mejor conocido como “dejar hacer”). Aunque aún no logran ponerse de acuerdo los expertos sobre los diferentes tipos de liderazgo, a mí, particularmente, me gusta hablar sobre el liderazgo situacional, uno de los modelos más completos y que se forma con base en los demás liderazgos, pero con la característica especial de poder cambiarlo, de acuerdo a las situaciones que se presentan en el día a día.
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¿QUIÉNES SON LÍDERES SITUACIONALES?
Paul Hersey (científico del comportamiento humano) y Ken Blanchard (escritor y experto en management) crearon el modelo de liderazgo situacional acentuando la flexibilidad del liderazgo, dependiendo del juicio que se realice en cuanto a la situación. Además, “la teoría sostiene que el estilo de liderazgo más eficiente sufre variaciones de acuerdo a la “disposición” o ¨madurez¨ de los subordinados. Hersey y Blanchard definen disposición o madurez como el deseo de superación, la voluntad para aceptar responsabilidades y la capacidad, las habilidades y la experiencia relativas a las tareas. Estas variables de madurez o disposición, son el resultado de la experiencia y/o la educación, mismas que se toman en cuenta para lograr que el liderazgo situacional cumpla su objetivo”.
Nelson Mandela es uno de los ejemplos más claros, ya que al graduarse como abogado, fungió como líder de los comités juveniles de su estado, convocando a miles de personas a unirse para marchar en contra de las injusticias del gobierno. Fue encarcelado por intentar derrocar al gobierno, sentenciándolo a cadena perpetua; pero 27 años después, lo declararon inocente y no solo eso; fue presidente del país de 1994 a 1999. Pasó de terrorista a presidente condecorado en más de 250 ocasiones, entre las que destacó el Premio Nobel de la Paz en 1993. Otro ejemplo es Jack Welch, CEO de la empresa General Electric, quien cambió el rumbo con procesos en donde eliminó la burocracia, delegando más responsabilidades a los
colaboradores y premiando con un bono anual del 20% de las ventas a la plantilla más productiva. De esta manera, cambió el estilo de dirigente autocrático a ser un líder situacional, llenando de valores y pro actividad a sus trabajadores.
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