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Es lógico: cuando estamos felices la energía que proyectamos en el trabajo es distinta. Los resultados son mayores y el objetivo a alcanzar es relativamente sencillo. Los medios y las herramientas son fácilmente localizados para llegar a las metas designadas. Para un emprendedor, la felicidad es una de las características con las que debe contar desde un principio. Es más, me atrevería a decir que son de las personas más positivas y divertidas con las que me he relacionado y son, quienes, indudablemente, cambian o revolucionan el mundo. Es ahí en donde está la clave, o una de las claves para emprender: HAY QUE SER FELICES.
Lo digo con conocimiento de causa. No estoy viviendo en un cuento de hadas, vamos: soy mexicano y sé lo que pasa en este terreno. Pero no soy el único que lo digo; para darte una idea, te invito a que revises en la tienda en línea de la librería de tu preferencia (yo hice el experimento en el portal www.amazon.com.mx de México). Busqué la palabra “FELICIDAD” en los títulos de sus libros, y ¿saben cuántos encontré? 2,838. Así es; aproximadamente dos mil ochocientos treinta y ocho autores, opinan –al igual que yo- que la felicidad tiene mucho que ver en el tema del emprendimiento, más allá que sólo en el ámbito de la psicología o la sociología.
Analizando esta información, me encontré con un par de estudios interesantes; el primero, realizado en Chile en 2013, sobre el papel que la felicidad imprime a los emprendedores, afirmando que en condiciones normales, la actitud positiva en las personas, es lo que les ayuda a emprender, ya que éstas suelen tener
“baja percepción de riesgo debido a tendencias de evaluación de alta certidumbre y control individual. Es decir, una persona feliz tiene la capacidad de evaluarse a sí misma con mayor frecuencia, lo que a su vez la llevaría a ver
mejores futuros y, por tanto, a tener una mayor intención a emprender” (Ganas de Emprender y Felicidad: un estudio exploratorio a partir del Global Entreprenurship Monitor en Chile, por Sergio Hinojosa y Carlos Albornoz).
En este artículo publicado en la Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal, nos hablan –además de las variables independientes–, de variables de control y dependientes, las cuales podrían predecir, incluso, la capacidad de emprendimiento en los más jóvenes. Resulta algo compleja la explicación, pero si resumimos el artículo se comprende que ellos encontraron la fórmula correcta para predecir el comportamiento emprendedor de una persona.
Encuestas sobre felicidad hechas en nuestro país afirman que los mexicanos somos de las personas más felices en el mundo. De hecho, la Encuesta Nacional de Satisfacción Subjetiva con la Vida y la Sociedad (Ensaviso, 2015, UNAM), realizada a principios de este año, afirma que 82% de los mexicanos somos felices; entre ellos, los emprendedores, quienes también son tolerantes a la frustración. No es que sean felices las 24 horas del día: ellos se adaptan a las circunstancias y, ante panoramas adversos o errores cometidos, se recuperan de manera rápida y aprenden de estas lecciones negativas.
Con la información recopilada, estoy seguro que es posible crear un México lleno de nuevos negocios, los hechos lo sustentan: tenemos felicidad, creatividad y necesidades. Nos falta iniciativa y sobre todo, nos falta perder el miedo. No podemos seguir temerosos, es tiempo de creer en nuestra felicidad, persiguiéndola… así como decía Joseph Campbell, el escritor estadounidense: “Persigue tu felicidad sin miedos y las puertas se abrirán donde menos lo sospeches”.