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Jacobo Buzali no se conformó con traer a México una franquicia de Estados Unidos y operarla como lo dicta el manual, sino que hizo de ésta su propio emprendimiento.

Y es que a veces romper con el establishment tiene sus recompensas: Pakmail México –empresa de la que es director general– fue reconocida en 2016 con el Premio Nacional de la Franquicia en la categoría de Servicios, que entrega la Asociación Mexicana de Franquicias (AMF).

Su franquicia maestra es, además, líder en su categoría en México pues suma una red de 150 unidades (14 propias) en 22 estados de la República Mexicana, y abre en promedio cinco puntos de venta cada año.

Pero ¿quién era Jacobo antes de convertirse en una pieza clave del sector de las franquicias en México, al grado de ocupar actualmente la vicepresidencia de la AMF? En 1993, todo apuntaba a que continuaría con el negocio familiar de importación de telas, donde había trabajado desde que tenía 16 años. Sin embargo, tomó la decisión de emprender su propio camino en el mundo de los negocios.

Esto lo motivó a invertir sus ahorros en dos boletos de avión para viajar, junto con su hermano, a una expo de franquicias en Washington, EE.UU., donde conoció a la empresa de servicio de mensajería Pakmail, entre otras 10, con el potencial para traer a México. Luego de estudiar los proyectos, y a pesar del voto en contra de su padre, los hermanos invirtieron para importar la franquicia maestra de esta marca, para las regiones Centro, Sur y Sureste del país.

El éxito no fue inmediato. “Dos años me bastaron para aceptar que mi modelo no le gustaba al mercado mexicano… ¿así cómo vendería mi primera franquicia?”, señala. En vez de sentarse a llorar, el emprendedor se rebeló contra lo establecido por segunda ocasión. Tiró a la basura (literalmente) los manuales de Pakmail EE.UU. y tropicalizó las operaciones de su primer punto de venta, ubicado en Ciudad de México, para levantar su negocio.

Gracias a esta adaptación, hoy sus franquicias tienen 23 años operando en la totalidad del territorio mexicano y ofrecen un modelo de negocio seguro y redituable. “Un buen franquiciatario, con un solo punto de venta y seis empleados, puede reportar ventas hasta por $250,000 mensuales”, afirma.

Hoy, al frente de una de las franquicias más reconocidas de México, Jacobo Buzali es el claro ejemplo de lo que significa ser emprendedor, franquiciante y franquiciatario. ¿Hay un punto de convergencia entre estas tres? Él responde: “Sí. El valor. Valor para iniciar un negocio desde cero –con sus caídas y triunfos–; valor para atreverse a cambiar incluso el formato de una franquicia internacional, y valor para invertir hasta tu patrimonio entero en tu propia empresa”.

Fuente: Entrepeneur