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Aunque el crédito bancario dirigido a las pequeñas y medianas empresas (pymes) creció a una tasa real promedio anual de 12%, de 2009 a 2014, según el Banco de México (Banxico), el 85% de estas unidades económicas sigue sin tener acceso a financiamiento por parte de la banca.
Es por esto que, para atender las necesidades las pymes, Bankaool y KiWi, plataformas encargadas de otorgar créditos vía online, lanzaron “Crédito Oportunidad”, un producto diseñado para apoyar con préstamos inmediatos a las microempresarios del país.
En primera instancia, la alianza entre ambas startups –que dio inicio en 2015– permitió a los micronegocios aceptar pagos con tarjeta de crédito al transformar el celular en una Terminal Punto de Venta (TPV).
Ahora, los usuarios de Bankaool y KiWi podrán solicitar créditos a un par de clics. Sin revelar montos ni condiciones del financiamiento, las compañías anunciaron que “Crédito Oportunidad permitirá a los microempresarios contar con un crédito ligado directamente a su operación y no exclusivamente a su buró de crédito o a su historial crediticio”.

Francisco Mere, director de Bankaool, expuso que la microempresa tiene que poder reaccionar rápido a las oportunidades que se presentan y, en este sentido, la banca tiene un rol fundamental que cumplir. “Ahora, los comercios KiWi tienen acceso automático al crédito y no tienen que salir del negocio para pedirlo, recibirlo; ni siquiera para reembolsarlo”.

Añadió que gracias a la alianza entre las los dos startups fintech, no sólo se ha podido llevar servicios financieros a los microempresarios y utilizar la tecnología para mejorar la operaciones de sus negocios, sino que además al utilizar el Big Data,–análisis de operación de negocios– se ha diseñado un algoritmo de riesgo que permite dar créditos en minutos.

Finalmente, Ruy Echavarría, director de KiWi México, hizo énfasis en que ya hay más tarjetas bancarias que habitantes en México y las pymes se están dando cuente de la necesidad de adaptarse al mercado. “Sólo faltaba un producto a su alcance y a su medida”, concluye.

 
Fuente: El Economista